LA ORACION

No hay nada mas lindo que orar los unos por los otros. Jesus no solo le enseñó a sus discípulos como orar, sino que a Él mismo lo vemos orando por sus discípulos en Juan capítulo 17. Es la oración la que no solo nos mantiene conectado con el Padre, sino también conectados con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. El orar por otros demuestra que no vivimos una vida egoísta, sino que refleja también que nos interesa el bienestar de los demás y que nos importa su salud espiritual. No tengo que esperar los momentos bajos o que mi hermano caiga pare entonces orar por él. Sino que es importante orar por ellos aun cuando todo va bien para que el Espíritu Santo les continue guiando y sus pies no tropiecen en piedra. El mismo Jesus en una ocasión le dijo a Pedro que rogó por él (que oro e intercedió por Pedro) para que su fe no le falte, ya que el enemigo lo estaba zarandeando (Lucas 22:31-32). El pedir la oración no es de débiles, sino de personas que entienden que la oración es el combustible necesario para mantener la llama del espíritu ardiendo. No importa que tan pequeño o tan grande sea el problema, déjanos pelear la batalla contigo, de rodillas.